LATRISTEZA DISFRAZADA
Es la vida un carnaval.
Ahora para esas fechas
busco un disfraz para las tristezas
y al hacerlo más que pensar en mí
pienso en los demás.
La vida es buscar y buscar
esa felicidad oculta en el más allá.
¡Dios mío, es la vida un carnaval!
En ninguna fecha del año
tratamos de camuflar las penas
tanto como alrededor de la Nochebuena,
en esas fechas todos queremos estar felices
y más de una vez el turrón no sale
tan bueno como pensábamos.
Por eso ponemos maquillaje a nuestras tristezas
y fingimos estar alegres para que otros lo estén,
pero yo pienso que sin ese maquillaje y al natural
nos sentimos abatidos al darnos cuenta
que nuestro destino en esta vida
es andar errante en busca de esa felicidad
que nuestra alma ansía,
por eso en el fondo de nuestros corazones,
inventamos todas estas fiestas y nos cansamos de decir,
feliz Navidad y año... y al decirlo y repetirlo y repetirlo,
como niños inocentes, pensamos, con una esperanza vaga,
a ver si con un poquito de suerte, como quien compra lotería,
engañamos a nuestro destino y nos lo creemos de tanto repetirlo...
fingimos y hacemos de actores en estos días festivos,
queremos quedar bien con familiares y vecinos
pero el otro yo nos dice a ver cuando termina
y nos quedamos tranquilos, buscamos y no encontramos
esa felicidad escondida y encima nuestra conciencia
nos dice mira que te olvidaste de saludar a esa amiga
y si quedas bien con unos familiares con otros medio regular,
y me digo... no, no a los análisis,
lo haré mejor para los carnavales,
y así como todos vosotros,
sigo buscando en fiestas felicidad y maquillaje;
es la vida un carnaval.
© Eva Suárez Nogueira
Terminadas las fiestas de Navidad y fin de año,
viendo que no encontramos esa dicha tan buscada,
ya pensamos en carnavales y más tarde en Semana Santa,
y caminando, caminando... tropezamos otra vez con otras Navidades,
es el destino del ser humano,
buscar y buscar la dicha que ansiamos y soñamos,
somos en fin unos errantes de paso.
